Autoría de la publicación
Juan de Torquemada fray
Título de la publicación
Monarquía indiana. Volumen V
Tercera edición (primera edición UNAM), México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1975, 2936 páginas, ilustraciones, cuadros y mapa (Historiadores y Cronistas de Indias 5)
Volúmenes
Advertencia | I | II | III | IV | V | VI | VII | Catálogo |
Volumen V | Libro quince | Libro diez y seis | Libro diez y siete | Libro diez y ocho |
Volumen V. Libro quince
Capítulo | Páginas | |
---|---|---|
Tabla de correspondencias | 5-6 | |
Argumento de el Libro Quince | 7-8 | |
Prólogo al Libro Quince | 9-16 | |
Capítulo I. Del cuidado grande que Cortés tuvo de pedir ministros para la doctrina de esta Nueva España | 17-20 | |
Capítulo II. Del cuidado que el emperador puso en tratar las cosas de la conversión de estas gentes. Y de cómo luego se movieron muchas personas religiosas y hombres doctos a venir a esta conversión | 20-21 | |
Capítulo III. De cómo trataron de la jornada de esta conversión indiana fray Francisco de los Ángeles y fray Juan Clapion | 21-22 | |
Capítulo IV. Donde se dice el despacho de fray Francisco de los Ángeles y su compañero, y muerte del papa León Décimo | 22-24 | |
Capítulo V. De cómo fue elegido por primer apóstol y ministro de esta iglesia indiana, el varón santo fray Martín de Valencia | 24-26 | |
Capítulo VI. De cómo aceptó el varón santo fray Martín venir a predicar en estas partes de las Indias; y se dicen algunas revelaciones que tuvo | 27-28 | |
Capítulo VII. De la instrucción que el ministro general dio al varón de Dios fray Martín de Valencia y a sus compañeros para su jornada | 28-29 | |
INSTRUCCIÓN DEL PADRE GENERAL | 29-32 | |
Capítulo VIII. De cómo se despachó el santo fray Martín, y se le dio su patente y obediencia con que se pasó a las Indias | 33-34 | |
PATENTE Y OBEDIENCIA DEL GENERAL PARA EL PADRE FRAY MARTÍN Y SUS COMPAÑEROS | 34-38 | |
Capítulo IX. Cómo el varón de Dios, fray Martín de Valencia, con sus apostólicos compañeros, partieron de la provincia de San Gabriel; y del viaje que tuvieron hasta llegar a esta Nueva España | 38-43 | |
Capítulo X. De la devoción y reverencia con que el gobernador, don Fernando Cortés, recibió a los doce religiosos; acreditando, con su humildad y sumisión, la predicación de el santo evangelio | 43-47 | |
Capítulo XI. De una plática que los doce frailes hicieron a los señores y caciques, dándoles cuenta de su venida y pidiéndoles sus hijos para enseñarlos en la ley de Dios | 47-50 | |
Capítulo XII. De cómo estos apostólicos varones tuvieron su Capítulo y fue electo el santo fray Martín de Valencia, y se dividieron en cuatro reinos o provincias para comenzar a predicar y convertir a las gentes | 51-55 | |
Capítulo XIII. Del modo que tuvieron estos ministros evangélicos para enseñar a los niños, hijos de los señores y hombres principales y otros niños | 55-60 | |
Capítulo XIV. Del gran trabajo que estos apostólicos padres pasaron a los principios, por no saber la lengua de los indios, y de los medios que tomaron para aprenderla; y del modo que tuvieron para enseñar la doctrina | 60-62 | |
Capítulo XV. De cómo esta conversión de los indios fue obrada por medio de niños, conforme al talento que Dios les comunicó, y de cómo los religiosos se mostraron niños con los niños | 62-64 | |
Capítulo XVI. De cómo se edificó la iglesia de San Francisco e la ciudad de Mexico y se puso en ella el Santísimo Sacramento; y del grande provecho que desto comenzó a resultar | 64-70 | |
Capítulo XVII. De los primeros religiosos de la orden del gloriosísimo padre Santo Domingo que vinieron a estas indianas tierras a evangelizar la palabra de Dios, movidos con el celo de la conversión destos indios | 70-75 | |
Capítulo XVIII. De cómo se les dio a los indios de esta Nueva España doctrina, en su lengua, por nuestros frailes franciscos, para que mejor se informasen en las cosas de la cristiandad, y de cómo los discípulos de los religiosos comenzaron a predicar, diciendo las cosas que los ministros evangélicos les enseñaban | 75-80 | |
Capítulo XIX. De cómo los religiosos, con ayuda de sus discípulos, derribaron los templos de los ídolos | 80-84 | |
Capítulo XX. Donde se responde a los calumniadores y murmuradores de este hecho de destruir los templos del demonio, y se declara haber sido obra muy provechosa para el progreso y aumento de la cristiandad de estos indios | 84-89 | |
Capítulo XXI. De la primera obra de religión cristiana que Fernando Cortés hizo en esta Nueva España, en el pueblo de Cempoalla, luego que se confederó con los indios, que corresponde a lo mismo que se refirió en el capitulo pasado destos ministros evangélicos | 90-94 | |
Capítulo XXII. Del provecho que los religiosos de la orden de San Francisco hicieron en algunas cosas que hubo en aquellos primeros años que entraron en esta Nueva España, de desconciertos entre los españoles, que son dignos así de saber como de agradecimiento | 94-98 | |
Capítulo XXIII. De cómo se fueron desarraigando muchas idolatrías que habían quedado ocultas y secretas | 99-102 | |
Capítulo XXIV. De cómo los niños de la escuela de Tlaxcalla mataron a un sacerdote de los ídolos que se fingía ser dios del vino | 102-107 | |
Capítulo XXV. Del grande trabajo que los primeros padres evangelizadores tuvieron a los principios en esta tierra, por ser tantas las provincias y gentes de esta Nueva España y ellos tan pocos | 107-112 | |
Capítulo XXVI. De los primeros religiosos de la orden del glorioso padre San Agustín que fundaron su religión en esta Nueva España | 113-115 | |
Capítulo XXVII. Que trata del padre Juan Díaz, primer sacerdote clérigo de esta Nueva España | 116-117 | |
Capítulo XXVIII. De otro padre clérigo, llamado el canónigo Juan González, que haciendo vida apostólica predicó y doctrinó a los indios en estas tierras | 117-126 | |
Capítulo XXIX. Que trata del padre Juan de Mesa, clérigo presbítero, ministro de aquesta indiana iglesia en sus principios | 126-131 | |
Capítulo XXX. De la muerte de un niño que en estos primeros tiempos fue martirizado por su proprio padre porque le reprehendía la idolatría y embriaguez | 132-140 | |
Capítulo XXXI. Del castigo que se hizo en este señor, llamado Acxotecatl, por la muerte que dio a su hijo Cristóbal y por haber muerto a su mujer, madre de este niño | 140-143 | |
Capítulo XXXII. De cómo fue hallado el cuerpo de Cristóbal y traído a la ciudad de Tlaxcalla | 144-148 | |
Capítulo XXXIII. De otros dos niños que fueron muertos porque también destruían los ídolos | 148-153 | |
Capítulo XXXIV. Donde se dice cómo ocultaron los indios los cuerpos de estos santos niños, y de la manera como se descubrieron y pagaron los delincuentes su pecado | 153-156 | |
Capítulo XXXV. Del sentimiento que hizo el santo fray Martín con la nueva de la muerte de los niños, y se engrandece una alabanza de la ciudad de Tlaxcalla | 156-157 | |
Capítulo XXXVI. De diversos modos que los indios usaron para aprender la doctrina cristiana, y del ejercicio que en ella se ha tenido | 157-159 | |
Capítulo XXXVII. Del ejemplo con que estos siervos de Dios edificaban a los indios, y del amor y afición grande que por esto los mismos indios les tuvieron | 159-162 | |
Capítulo XXXVIII. De particulares ejemplos de abstinencia y pobreza de aquellos apostólicos varones | 162-165 | |
Capítulo XXXIX. De la perfección de pobreza que estos apostólicos varones guardaban y tenían establecido por ley y estatuto | 165-167 | |
Capítulo XL. De la crianza y doctrina de las niñas indias que fueron enseñadas en aquellos primeros tiempos, y del cuidado que en esto tuvo la emperatriz nuestra señora | 167-168 | |
Capítulo XLI. De algunos ejemplos de virtud de algunas mozas que se criaron en estos recogimientos | 169-171 | |
Capítulo XLII. Del modo que comúnmente se tiene de enseñar los niños y niñas en todos los pueblos de esta Nueva España, y de las matronas que ayudaron mucho en el ministerio de la iglesia | 171-174 | |
Capítulo XLIII. De la fundación del Colegio de Santa Cruz, que se edificó en esta ciudad de México, en la parte de Tlatelolco, para enseñar a los indios la lengua latina y otros ejercicios de letras | 174-178 | |
Capítulo XLIV. De algunas autoridades de la Sagrada Escritura que parecen hablar de la conversión de estos naturales | 178-181 | |
Capítulo XLV. De la introducción fácil del evangelio en estos indianos reinos, y se prueba ser milagro que tan fácilmente se hubiese recebido. Y ser esta facilidad una de las condiciones de la venida del hijo de Dios, cumplida en estas Indias | 181-184 | |
Capítulo XLVI. De otras cosas que prueban la verdad del capítulo pasado, y se verifica haber sido muy de Dios la obra de esta conversión | 185-187 | |
Capítulo XLVII. Que se prueba no haber hecho la total predicación del evangelio por todo el mundo. Y de aquí se sigue no haberle oído estos indios desta Nueva España, los cuales lo ignoraron hasta la venida de los españoles y predicación que de él hicieron los ministros evangélicos | 187-198 | |
Capítulo XLVIII. Que contiene una carta, de la cual se colige cómo nuestro señor Dios en estos tiempos tenía ordenado de llamar a los indios a su santa fe, y cómo ellos de su parte estaban dispuestos para recebirla | 198-201 | |
Capítulo XLIX. De algunos rastros que se han hallado de que en algún tiempo en estas Indias hubo noticia de nuestra santa fe | 201-205 |
Volumen IV • Libro diez y seis
Capítulo | Páginas | |
---|---|---|
Argumento de el Libro Diez y seis | 207-208 | |
Prólogo al Libro Diez y seis | 209-212 | |
Capítulo I. Que comienza a tratar del sacramento del bautismo, y se contradice lo que algunos dijeron que se había administrado con hysopo en alguna parte de esta Nueva España | 213-217 | |
Capítulo II. De algunos pueblos de la comarca de México que vinieron a la fe y recibieron el bautismo | 217-220 | |
Capítulo III. Que trata del acrecentamiento de la predicación y bautismo que hubo en los pueblos de esta laguna mexicana | 221-224 | |
Capítulo IV. De la ciudad de Tetzcuco y su comarca, y cómo crecía el fervor de venir al bautismo | 224-228 | |
Capítulo V. Que prosigue la materia del fervor con que estas gentes indianas venían al bautismo; y se dicen dos casos notables que en orden de esto sucedieron | 228-230 | |
Capítulo VI. Del fervor de la gente de algunos pueblos de tierra caliente, y de la grande multitud de gente que se iba bautizando | 230-232 | |
Capítulo VII. De los estorbos que el demonio procuró poner para la ejecución del bautismo en aquel tiempo, con diversidad de opiniones que hubo entre los ministros | 232-234 | |
Capítulo VIII. Donde se dice el modo que tenían de bautizar estos ministros apostólicos, y las cosas en que más cuidado ponían para que le recibiesen, y se cuentan los bautizados y los pocos ministros pocos que los bautizaron, que es caso digno de saber | 235-238 | |
Capítulo IX. En que se contiene la bula del papa Paulo Tercio dada en favor de los indios | 239-242 | |
Capítulo X. De lo que cerca de esta bula determinaron los señores obispos | 242-243 | |
Capítulo XI. Donde se dice cómo en un día se bautizaron y casaron juntamente tres mil indios en la ciudad de Xuchimilco, que es caso de notar | 244-246 | |
Capítulo XII. Del daño que se seguía en estorbar el bautismo de los adultos y de los muchos que se bautizaron en Quauhquechola y Tlaxcalla | 246-252 | |
Capítulo XIII. Que trata de cuando se bautizaron las cuatro señorías de Tlaxcalla, que fue el primer bautismo que hubo en esta Nueva España | 252-258 | |
Capítulo XIV. De cómo después que estos indios fueron recibiendo el agua del santo bautismo, fueron también levantados sus espíritus por gracia de Dios para la perseverancia en la virtud, y de cosas particulares que lo comprueban | 258-262 | |
Capítulo XV. Que trata del sacramento de la confirmación, y se dice haberlo ejercitado el padre fray Toribio Motolinía | 263-264 | |
Capítulo XVI. Que comienza a tratar del sacramento de la penitencia | 264-267 | |
Capítulo XVII. De algunos ejemplos y casos de los que venían de lejos a buscar la confesión, y el remedio de sus almas | 267-271 | |
Capítulo XVIII. Que trata con cuanta facilidad los que se confesaban restituían lo ajeno y perdonaban injurias | 271-274 | |
Capítulo XIX. Que trata de la buena gana con que aceptaban y pedían las penitencias, así los indios viejos como los mozos | 274-276 | |
Capítulo XX. De los diversos pareceres que hubo acerca de administrar el sacramento de la Eucharistía a los indios | 276-280 | |
Capítulo XXI. De la preparación y aparejo con que los indios comulgan, y de la devoción de los tlacelianes que son los que reciben el sacramento de la comunión, y de algunos casos con que ha querido Dios confirmar los ánimos de éstos nuevamente convertidos | 281-284 | |
Capítulo XXII. Que trata dónde y cómo tuvo principio el sacramento de el matrimonio en estas Indias, y de lo mucho que en aquellos primeros tiempos de la conversión tenían que hacer los ministros | 284-289 | |
Capítulo XXIII. De las grandes dificultades que se ofrecieron cerca de los matrimonios, y de la diligencia que se puso para averiguar en ellos lo cierto | 290-292 | |
Capítulo XXIV. En que prosigue y concluye la misma materia de el santo sacramento de el matrimonio | 292-295 | |
Capítulo XXV. De las letras apostólicas de Paulo Tercero, que hacen capaces a los indios de los santos sacramentos de la iglesia, contra la opinión de los que los tenían por incapaces de ellos | 295-297 | |
Capítulo XXVI. De el sacramento de la extremaunción, y de la grande reverencia y devoción que los indios cobraron y tienen a la Santa Cruz, y cosas maravillosas que acerca de ella acaecieron | 297-298 | |
Capítulo XXVII. De casos maravillosos que han acaecido en esta Nueva España en algunas cruces | 299-302 | |
Capítulo XXVIII. De otros casos maravillosos sucedidos a la erección y levantamiento de la Santa Cruz | 302-308 |
Volumen V. Libro diez y siete
Capítulo | Páginas | |
---|---|---|
Argumento de el Libro Diez y siete | 309-310 | |
Prólogo al Libro Diez y siete | 311-312 | |
Capítulo I. De el ingenio y habilidad de los indios para todos los oficios; y primero se trata de los que ellos usaban antes que viniesen los españoles | 313-316 | |
Capítulo II. De cómo los indios aprendieron los oficios mecánicos que ignoraban, y se perficionaron en los que antes usaban | 316-318 | |
Capítulo III. De cómo los indios fueron enseñados en la música; y cosas que pertenecen al servició de la iglesia, y lo que en esto han aprovechado | 319-321 | |
Capítulo IV. De las grandes limosnas que los indios e indias han hecho para ornato de las iglesias y sustento de los ministros de ellas | 321-324 | |
Capítulo V. Que prosigue la materia de el pasado acerca de las muchas y muy largas limosnas que los indios han hecho, y hay cosas notables | 324-329 | |
Capítulo VI. De la fe y devoción que los indios siempre han tenido a las ceremonias y cosas de la iglesia | 329-333 | |
Capítulo VII. De la solemnidad con que los indios celebran las pascuas y fiestas principales; y de las procesiones ordinarias que hacen | 333-337 | |
Capítulo VIII. De las procesiones que salen de la capilla de San Joseph en esta ciudad de México, y de la majestad de esta capilla, y de las que también salen en esta parte de Santiago, que es capítulo de notar | 338-341 | |
Capítulo IX. De una fiesta de Corpus que se celebró en la ciudad de Tlaxcalla, luego a los principios de su conversión, que es mucho de notar | 341-344 | |
Capítulo X. De algunas condiciones naturales que tienen los indios para ayuda de su cristiandad, y cómo de su parte se pueden salvar si son ayudados | 344-349 | |
Capítulo XI. De los beatos de Chocamán, y de otros indios que se han señalado recogiéndose en la religión | 349-352 | |
Capítulo XII. De otros indios que han dado ejemplo de mucha edificación | 352-354 | |
Capítulo XIII. Donde se responde a una objeción que se puede ofrecer, acerca de lo dicho, en orden de la bondad de estos indios | 354-356 | |
Capítulo XIV. De algunas visiones y revelaciones con que nuestro señor Dios se ha querido comunicar a los indios | 356-359 | |
Capítulo XV. De otras revelaciones hechas a algunas indezuelas, niñas y mozas de poca edad | 359-362 | |
Capítulo XVI. De algunas indias que fueron comulgadas y otras consoladas milagrosamente | 362-365 | |
Capítulo XVII. De algunos muertos cuyas almas volvieron a los cuerpos o fueron arrebatados en espíritu para su enmienda y salud | 366-368 | |
Capítulo XVIII. De algunos difuntos que por divina voluntad han aparecido a personas particulares para ser socorridos | 368-372 | |
Capítulo XIX. De los favores que el emperador don Carlos, de gloriosa memoria, dio a los indios y a la obra de su conversión y doctrina y ministros de ella | 372-373 | |
CUANTO A LA LIBERTAD DE LOS INDIOS | 373 | |
CARTA DEL EMPERADOR Y REY NUESTRO SEÑOR, PARA QUE LOS RELIGIOSOS DE LA ORDEN DE SAN FRANCISCO AVISEN A LOS INDIOS ESCLAVOS QUE ACUDAN A PEDIR SU LIBERTAD. EL REY | 373-374 | |
CUANTO AL CARGAR LOS INDIOS | 374-375 | |
CUANTO A OTROS TRABAJOS PERSONALES | 375 | |
CUANTO AL BUEN TRATAMIENTO DE LOS INDIOS | 376 | |
CÉDULAS PARA QUE SE GUARDEN LAS ORDENANZAS SOBRE EL BUEN TRATAMIENTO DE LOS INDIOS DE LA NUEVA ESPAÑA. LA REINA | 376-377 | |
OTRA CÉDULA PARA QUE SE CASTIGASEN LOS TRANSGRESORES DE LAS DICHAS ORDENANZAS SOBRE EL BUEN TRATAMIENTO DE LOS INDIOS. | 377-382 | |
CUANTO A LA MODERACIÓN DE LOS TRIBUTOS | 382 | |
CUANTO A LA DOCTRINA Y CRISTIANDAD DE LOS INDIOS | 383-384 | |
Capítulo XX. De los favores que el muy católico rey don Felipe ha dado para la doctrina y cristiandad de los indios, y en particular a sus ministros | 384-386 | |
CUANTO A HACER LIMOSNA A LOS MINISTROS | 386 | |
CUANTO A LA DOCTRINA Y CRISTIANDAD DE LOS INDIOS. EL REY | 386-387 | |
CÉDULA DE SU MAJESTAD PARA QUE NO HAYA NOVEDAD NI SE PONGA IMPEDIMENTO ALGUNO A LOS RELIGIOSOS EN LA ADMINISTRACIÓN DE LOS SACRAMENTOS. EL REY | 387-388 | |
CÉDULA DE SU MAJESTAD PARA QUE SE LE DÉ TODO FAVOR A LOS RELIGIOSOS | 388-389 | |
CÉDULA DE EL REY NUESTRO SEÑOR PARA QUE SE HAGA GUARDAR UN BREVE DE PÍO QUINTO, A PEDIMENTO DE SU MAJESTAD, CONCEDIDO A LOS RELIGIOSOS DE LAS INDIAS | 389 | |
SÍGUESE EL BREVE DE EL PAPA PÍO QUINTO CON EL TESTIMONIO DE EL NUNCIO, ARZOBISPADO ROMANO | 389-392 | |
CÉDULA DE SU MAJESTAD PARA QUE EL DICHO BREVE DE SAN PÍO QUINTO SE PUBLIQUE CON SOLEMNIDAD EN ESTA NUEVA ESPAÑA. EL REY | 392 | |
CÉDULA DEL REY DON FELIPE TERCERO EN FAVOR DE LOS INDIOS, LA CUAL ES MUCHO DE NOTAR. EL REY | 393-403 | |
Capítulo XXI. De el daño que se ha seguido después que las órdenes no se juntan para dar aviso a nuestros Reyes Católicos de las necesidades de los indios | 403-407 | |
Capítulo XXII. De el modo que se tuvo en juntar los indios en las fiestas para su doctrina y para la misa, y el que ahora se tiene | 407-410 |
Volumen V. Libro diez y ocho
Capítulo | Páginas | |
---|---|---|
Argumento de el Libro Diez y ocho | 411-412 | |
Prólogo al Libro Diez y ocho | 413-414 | |
Capítulo I. De el maravilloso descubrimiento de la Isla Española, que fue principio para conquistarse las Indias Occidentales | 415-417 | |
Capítulo II. Con cuanta conveniencia el descubrimiento de las Indias cupo en suerte a los Reyes Católicos | 417-419 | |
Capítulo III. Cómo estos ínclitos reyes se hicieron padres espirituales de los indios, y la conquista de ellos les fue concedida por la Silla Apostólica | 420-421 | |
BULA Y DONOCIÓN [sic] DE EL PAPA ALEXANDRO SEXTO | 421-425 | |
Capítulo IV. De cómo en los reyes de España se cumple, en estos tiempos, aquello de el evangélico siervo que fue enviado a llamar los convidados para la cena | 425-427 | |
Capítulo V. De cuán peligroso sea el descuido que en este cargo se tuviere en llamar gentes a la cena del señor | 427-429 | |
LA CLÁUSULA DE EL TESTAMENTO DE LA CATÓLICA REINA DOÑA ISABEL | 429 | |
Capítulo VI. De el flaco suceso que hubo en la conversión de los indios de la isla de Santo Domingo; y de los obispos que ha tenido | 429-433 | |
Capítulo VII. De cómo estos indios tuvieron pronóstico de la destruición de su religión y libertad, y de algunos milagros que en los principios de su conversión acontecieron | 433-435 | |
Capítulo VIII. De lo que hicieron algunos religiosos en la conversión de estos indios y cómo algunos de ellos fueron muertos por irles a predicar el evangelio | 435-437 |