Seminario El Mundo Hispánico en el Largo Siglo XVIII. Permanencias y Transformaciones Imperiales

Coordinación
Francisco Iván Escamilla González
UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas
ivaneg@unam.mx

Objetivo

Desde hace algunos años se ha hecho visible en el terreno historiográfico un cuestionamiento sobre la que durante cuatro décadas ha sido la interpretación preponderante de los procesos históricos del siglo XVIII en el mundo iberoamericano. Tanto las llamadas “reformas borbónicas” –para el caso del Imperio español– como las “reformas pombalinas” –para el portugués– han sido descritas como el trasplante vertical y violento que tuvo lugar a partir de aproximadamente 1760-1763 del “despotismo ilustrado” a las sociedades coloniales, caracterizadas como periferias pasivas y poco o nada tocadas por las transformaciones e ideas de la modernidad. En contraste, la última década ha presenciado, además del desarrollo de nuevos enfoques de análisis como la historia atlántica, la acumulación de evidencia empírica suficiente para cuestionar el eurocentrismo implícito en esta interpretación, así como las simplificaciones que, a partir de lo ocurrido en los polos más antiguos del desarrollo colonial –como México y Perú–, la superponen esquemáticamente a otras áreas de los imperios ibéricos en América. En este sentido, un número de estudios cada vez más grande ha llamado la atención hacia el papel activo y frecuentemente protagónico que los imperios americanos –entendiendo por ello a sus élites políticas, económicas, sociales y culturales, pero también a los movimientos sociales de disidencia y protesta– tuvieron en la redefinición de las relaciones y equilibrios mundiales de poder a lo largo de un período que rebasa las fronteras cronológicas del siglo XVIII. 

Esta nueva interpretación ha tenido como uno de sus primeros resultados la revalorización de las últimas décadas del siglo XVII y de la primera mitad del siglo XVIII como una etapa crucial de reforma y desarrollo de los imperios coloniales en Hispanoamérica –diversa en su naturaleza y trascendencia– pero no menos importante que la segunda mitad de la centuria. La visión de esos imperios como entidades centralizadas por el absolutismo político de paso a otra en que se les percibe como sistemas complejos donde la iniciativa reformista no es patrimonio exclusivo del poder estatal, y en las que la retroalimentación y la circulación -comercial, financiera, de élites político-administrativas, de información de toda clase, de libros e ideas- entre las diversas partes que lo componen es la regla y no la excepción. El cambio experimentado a lo largo de este período por las sociedades americanas no se limita a lo político o económico, como queda manifiesto en trabajos recientes sobre una amplia gama de fenómenos culturales, incluyendo los discursos y prácticas intelectuales, la educación, la sensibilidad religiosa y el gusto artístico. En este sentido, ahora es posible arrojar nueva luz sobre un tema clásico de los estudios sobre el siglo XVIII hispanoamericano: la Ilustración.

A partir de lo anterior, el seminario El Mundo Hispánico en el Largo Siglo XVIII. Permanencias y Transformaciones Imperiales se propone reunir a un grupo interinstitucional de especialistas de todas las líneas de investigación interesados que esté interesado en impulsar la reinterpretación de los procesos de cambio y reforma en Iberoamérica en esa centuria en todos los órdenes. De igual forma, se propone constituirse en el núcleo generador de una red internacional de investigación que ligue entre sí las diversas iniciativas individuales y grupales que actualmente existen en ese sentido en muchas partes.