Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México

RELACIÓN DE LOS HECHOS QUE DIERON POR RESULTADO
LA MUERTE DE EMILIANO ZAPATA,
JEFE DE LA REBELIÓN DEL SUR


José Valero Silva

Presentación


Pertenecen también al fondo documental donado por el señor general Octavio Magaña, los documentos titulados Relación de los hechos que dieron por resultado la muerte de Emiliano Zapata, jefe de la Rebelión del Sur. Se publican con el carácter de muy interesantes, y es de lamentar la imposibilidad que hay para consignar el nombre de la persona que hizo la exposición de hechos y el de la que reunió los documentos dentro del alto mando zapatista, pues en el archivo no existe indicio alguno que nos permita subsanar esta deficiencia de presentación. Quizá quien reunió los documentos fue el capitán Salgado, pues hay una nota en la exposición de hechos que nos da bases para creerlo: "Como el capitán Salgado no tuvo la precaución de conservar copia de estas contestaciones a Zapata, no es posible agregarlas a este expediente".

En este grupo de papeles se incluye una síntesis de los hechos más sobresalientes, que tuvieron lugar entre el general Emiliano Zapata y el coronel Jesús M. Guajardo; a la Relación se anexan unos telegramas que los zapatistas destacaron como importantísimos para esta parte de nuestra historia. Sabemos por los documentos que el general Zapata tenía un "magnífico espionaje y su conocimiento del terreno", y que fue él quien invitó a Guajardo a defeccionar del ejército del general Pablo González. La Relación casi nos muestra gráficamente cómo tuvo lugar la emboscada en la que resultó acribillado el general Zapata, junto con otros jefes revolucionarios. Esto ocurrió en la Hacienda de Chinameca, el día 10 de abril del año 1919, cuando don Venustiano Carranza gobernaba constitucionalmente en el país.


Relación de los hechos que dieron por resultado la muerte de Emiliano Zapata, jefe de la rebelión del sur

Desde que las fuerzas de la Jefatura de Operaciones del Sur al mando del general Pablo González ocuparon los principales puntos del estado de Morelos, fue preocupación constante de dicha jefatura la persecución eficaz de Emiliano Zapata, y se pusieron en juego diversas actividades militares para combatirlo. Sin embargo, no se alcanzaba éxito porque el cabecilla suriano, de acuerdo con su antiguo sistema de evitar encuentros que consideraba peligrosos y favorecido por su magnífico espionaje y su conocimiento del terreno, eludía combatir con las fuerzas del gobierno y resultaba imposible darle alcance.

Buscábase con empeño alguna manera de obligar al cabecilla suriano a dar la cara, cuando la casualidad vino a favorecer estos propósitos.

A mediados del mes de marzo, el ciudadano coronel Jesús M. Guajardo, jefe del 50 Regimiento de la segunda división de Oriente, recibió una amonestación del ciudadano general en jefe, por alguna falta de poca importancia en que incurrió. El espionaje de Zapata lo hizo conocer inmediatamente el incidente, aunque en proporciones exageradas, y esto originó que Zapata dirigiera al coronel Guajardo una invitación para que defeccionara y se uniera a los rebeldes del Sur, donde se le ofrecía que sería tratada [sic] con las consideraciones que le negaba el general González. Con anterioridad, Zapata había dirigido invitaciones análogas al capitán Salomé G. Salgado, del 66 Regimiento, quien las había puesto en conocimiento del general en jefe, recibiendo la orden de mantenerse en correspondencia con el cabecilla Zapata, a efecto de ver cómo se aprovechaban esas fingidas relaciones. Tal vez confiaba en el aparente buen efecto de su correspondencia con el capitán Salgado; Zapata se resolvió a dirigirse al coronel Guajardo, proponiéndole pasarse a sus filas (anexo 1).

La invitación de Zapata fue interceptada por el general González, quien la conservó en su poder hasta que considero conveniente aprovecharla, y a fines de marzo llamó a su presencia al coronel Guajardo, le entregó la invitación de Zapata y le ordenó que entablara correspondencia con el rebelde suriano, para hacerlo entrar en confianza con el propósito de poder acercarse a él, y cogerlo vivo o muerto. En tal virtud, el coronel Guajardo contestó amistosamente a Zapata (anexo 2) y continuó entre ellos la correspondencia (anexos 3, 4, 5, 7, y 8)[ 1 ] hasta que considerando perfectamente madurado el asunto, la noche del 7 de abril, el general González ordenó al coronel Guajardo que saliera con sus fuerzas a unirse con Zapata en aparente rebelión contra el gobierno, lo que dicho jefe verificó el 8 de abril por la mañana.

Encontrándose en Cuautla el ex general zapatista Eusebio Jáuregui, a quien se cogió prisionero, perdonándosele la vida y permitiéndole vivir en la ciudad con todo género de garantías, el coronel Guajardo indicó sus propósitos de defección pidiéndole lo recomendara con Emilio Zapata, a lo que accedió Jáuregui jubilosamente, extendiendo una carta para el cabecilla suriano (anexo 6). Al darse al coronel Guajardo la orden de marcha, el zapatista fue aprehendido para exigírsele la responsabilidad que le resulta [sic].

Cuando el coronel Guajardo se encontró cerca del campamento del Atila del Sur, que estaba en Huichila, éste, siempre desconfiado, le exigió alguna prueba de su defección, y como el caso estaba previsto, Guajardo no opuso dificultad para atacar y tomar con sus fuerzas el día 9 de abril, en las primeras horas, la plaza de Jonacatepec, que fue evacuada por las fuerzas que la guarnecían, perteneciente al 66 Regimiento de la 4a. División de Oriente, y de las cuales una parte, por instrucciones previamente recibidas, pasó a incorporarse con el coronel Guajardo. Con esto pareció quedar satisfecho Emiliano Zapata y fue hasta entonces cuando Guajardo pudo acercarse a él, recibiendo las felicitaciones del cabecilla y el grado de general de División, así como el ascenso para todos los jefes y oficiales que lo acompañaban.

Poco duró, sin embargo, la confiada actitud de Emiliano, pues no tardó en recibir aviso por conducto de una mujer, de que debía cuidarse porque Guajardo lo engañaba. Desde ese momento la vigilancia sobre el jefe constitucional fue rigurosa y estrecha y su posición se iba haciendo cada vez más difícil. La noche del 9 de abril, en Tepalcingo, a donde marcharon después de la toma de Jonacatepec, Zapata invitó con insistencia a Guajardo y a sus oficiales a que fueran a cenar con él en el lugar en que se encontraba con numerosos jefes surianos, pero Guajardo se negó, fingiéndose enfermo de un cólico terrible, por comprender que se le tendía una emboscada. Ofreció, en cambio, que al día siguiente haría honor a la amable invitación.

El 10 de abril, encontrándose en la Hacienda de Chinameca las fuerzas unidas de Guajardo y Zapata, que se vinieron de Tepalcingo en la madrugada y que se mantenían en mutua observación y vigilancia, Guajardo, que había ofrecido que acompañaría a comer a Zapata, invitó como a las once de la mañana a los generales Castrejón, y Feliciano Palacios, secretario del cabecilla, y coronel Lucio Bastida, a tomar con él una cerveza, a lo que accedieron, seguramente por tener el propósito de embriagar a Guajardo, pues éste pudo percatarse en un momento dado, de que Zapata mandaba preguntar si él, Guajardo, ya estaba borracho. Se fingió en tal estado y pidió que Zapata viniera también a tomar una cerveza antes de que se fueran a la comida, mandándole la invitación respectiva. Zapata en un principio se negaba a concurrir, pero, ante las insistentes invitaciones, se resolvió a aceptar.

En Chinameca, Guajardo con sus fuerzas se encontraba en el casco de la hacienda y Zapata, con las suyas, ocupaba una altura cercana de donde vino cuando accedió a tomar la cerveza que con tanta insistencia se le ofrecía. Guajardo había mandado formar frente a la casa de la hacienda en que se encontraba, veinte hombres de su confianza, algunos de ellos oficiales con traje de tropa, explicando que era la guardia que haría los honores al general Zapata, con un clarín que daría el toque respectivo.

Estos hombres estaban ya aprevenidos [sic] para lo que había de suceder, y tenían instrucciones de que al presentarse Zapata y lanzar el clarín el primer punto de atención, debían hacer fuego sobre el cabecilla suriano y la gente que le acompañaba, procurando a todo trance coger a Zapata, vivo o muerto.

Eran cerca de las dos de la tarde del día 10 de abril. Zapata se acercó montando un magnífico caballo que previamente le había obsequiado el coronel Guajardo, llevando a su lado a los generales de División Gil, Muñoz, (a) "El Mole", Zeferino Ortega y Jesús Capistrán, y seguido por su escolta. El clarín lanzó el primer toque para hacer los honores al jefe rebelde, y de acuerdo con lo convenido los soldados de Guajardo dispararon sus armas, entablándose el combate. Varias balas hicieron blanco en Zapata y en el caballo que montaba y al desplomarse el cabecilla, fue inmediatamente recogido por los soldados del 50 Regimiento, conforme a las órdenes recibidas.

En el interior de la casa, Guajardo y el capitán Salgado tomaban cerveza, acompañados de los tres jefes zapatistas, que han sido nombrados. Al escucharse el primer disparo en el exterior unos y otros echaron mano a las pistolas, cambiándose varios tiros a quemarropa y quedando allí muertos los jefes zapatistas.

Después de algún tiempo de tiroteo con varias bajas por una y otra parte, los zapatistas comenzaron a replegarse y el coronel Guajardo con toda su gente, cargando en un caballo el cadáver de Emiliano Zapata, se dirigió a presentarse a la Jefatura de Operaciones llegando a Cuautla a las 9.30 de la noche. En Chinameca quedaron los cadáveres de los generales zapatistas, Castejón, [ sic ] Zeferino Ortega, Gil Muñoz (a) "El Mole", y Feliciano Palacios, (a) "El Gancho", secretario de Zapata. Quedó muerto también el coronel Lucio Bastida y fue herido el general Jesús Capistrán.

Como a las 7:30 de la noche se tuvo la primer noticia del buen éxito alcanzado por el coronel Guajardo en su difícil empresa, pues se recibió de Villa de Ayala un aviso telefónico de que el citado jefe había sido pasado por ese punto conduciendo a Zapata.

En la duda de que tal noticia fuera exacta, y dada la posibilidad que había de que Guajardo hubiera caído en poder de Zapata, en lugar de capturarlo, y fuera el cabecilla suriano el que se acercara con fuerzas a esta plaza, se tomaron algunas precauciones de carácter militar, para prevenirse de una sorpresa. Por algún tiempo reinó cierta alarma en la población y no faltaron muchos que creyeron que positivamente se esperaba un serio ataque zapatista; pero al fin llegó el coronel Guajardo y todas las dudas quedaron desvanecidas, pasándose desde luego el cadáver de Zapata a las oficinas de Inspección de Policía, donde se levantó el acta notarial que se acompaña a esta relación (anexo 9)[ 2 ] y que comprueba que el cadáver del célebre cabecilla fue perfectamente identificado por personas que lo conocieron en vida y hasta por los que fueron sus compañeros y parientes, entre ellos, el zapatista Jáuregui, que sin vacilación reconoció a su antiguo jefe.

El coronel Guajardo y su gente fueron objeto de una cariñosa recepción. A propuesta del general González, el coronel Guajardo y los demás jefes y oficiales que le prestaron su ayuda han sido ascendidos a los grados inmediatos por el C. Presidente de la República, quien ha otorgado también una importante gratificación a todo el personal de los regimientos 50 y 66, que tuvieron participación en la arriesgada empresa de acabar con el irreductible Jefe de la revuelta del Sur.

Como el capitán Salgado no tuvo la precaución de conservar copia de sus contestaciones a Zapata, no es posible agregarlas a este expediente.

Nota.

El día 12 de abril, a las cinco y media de la tarde, fue sepultado el cadáver de Emiliano Zapata en el Panteón de la ciudad de Cuautla, Morelos, en presencia del general Pablo González, numerosos jefes y oficiales y multitud de gente del pueblo, tomándose en dicho acto varias fotografías e impresionándose [ sic ] una cinta cinematográfica.


Copia
Anexo 1

CUENCAN, marzo 21 de 1919
Señor Coronel Jesús M. Guajardo
DONDE SE ENCUENTRE

Muy señor mío:

Ha llegado a mi conocimiento que, por causas que ignoro, ha tenido usted con Pablo González algunas dificultades, y en las que ha sido usted amonestado sin tener causa justa. Esto y la convicción serena y firme que tengo del próximo triunfo de las armas revolucionarias, me alientan para dirigirle la presente, haciéndole formal y franca invitación para que, si en usted hay voluntad suficiente, se una a nuestras tropas, entre las cuales será recibido con las consideraciones merecidas. No creo oportuno por ahora, ya que estará usted bien informado, hablarle del gran incremento que la Revolución ha alcanzado en todas las regiones del país, y bástele saber a usted que, contra lo que tanto se ha dicho, nuestro movimiento está perfectamente unificado y persigue un gran fin, el efectivo mejoramiento de la gran familia mexicana. En espera de sus apreciables letras, quedo de usted atento y seguro servidor El general Emiliano Zapata (Rúbrica)


Copia
Anexo 2

C. Jefe de la Revolución del Sur
Don Emiliano Zapata
Donde se encuentre

Muy señor mío:

Por su carta fechada en Cuecan el 21 del corriente, quedo enterado de la invitación que se ha servido hacerme para que me una con sus tropas, a fin de que a sus órdenes trabaje por la causa que tiene por objeto el mejoramiento de la gran familia mexicana.

Le manifiesto a usted que en vista de las grandes dificultades que tenemos Pablo González y yo, estoy dispuesto a colaborar a su lado, siempre que se me den garantías para mí y mis compañeros, y a la vez mejorando mis circunstancias de revolucionario que, en esta ocasión como en otras, se trata de perjudicarme sin razón justificada.

Cuento con elementos suficientes de guerra, así como municiones, armas y caballada, tengo en la actualidad otro regimiento a mis órdenes, así como otros elementos que sólo esperan mi resolución para contribuir a mi movimiento.

En espera de sus letras, quedo de usted, suplicándole reserva absoluta en asunto tan delicado, su afectísimo atento y afectísimo

Seguro Servidor


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Anexo 3

Campamento Revolucionario en el Estado de Morelos...
a 1o. de abril de 1919.

Señor coronel Jesús M. Guajardo
San Juan Chinameca

Muy señor mío:

Con mucha satisfacción me he enterado de su muy atento escrito fechado en San Juan Chinameca, en el que me dice que está dispuesto a unirse a la causa revolucionaria que tiene por objeto el mejoramiento de la gran familia mexicana.

Como le dije a usted en mi anterior, tanto a usted como a los jefes oficiales y soldados que le acomaplen [sic] se les recibirá con los brazos abiertos y gozarán de toda clase de garantías, pues se les verá como compañeros.

Jefes que han llegado del Norte y a los que tengo con mando de fuerzas en Xochimilco, me han dado excelentes referencias de su gestión revolucionaria en aquella región y por ellos mismos he sido informado de que es usted hombre de convicciones y que, aun cuando distanciado con nosotros, sus ideas son firmes.

Aquí con nosotros contribuirá usted al triunfo de la gran causa revolucionaria que lucha por el bien general de la clase humilde y cuando hayamos llegado al triunfo, tendrá usted la satisfacción de haber cumplido con un deber y su conciencia quedará tranquila por haber obrado con justicia.

La atenta carta de usted deja ver que es franco y sincero, y lo juzgo como hombre de palabra y caballero y tengo confianza en que cumplirá al pie de la letra el asunto de que se trata; por mi parte sólo sé decirle que sé cumplir mi palabra y prueba de ello he luchado y lucharé hasta morir, mientras no se dé al pueblo lo que necesita.

Una vez estando usted aquí con nosotros, tendrá todo lo que desea, sus circunstancias como revolucionario mejorarán y tengo la seguridad de que estará satisfecho de estar a nuestro lado.

El regimiento de que me habla ya entiendo poco más o menos cuál es y es exacto que ya está de acuerdo, así como de que está cerca de ésa.

Creo conveniente decir a usted que deseo haga su movimiento el jueves y como Victoriano Bárcenas es un mal elemento, es necesario que comience usted con él; al fin está muy cerca. Prepárese bien para dar ese golpe que es por donde se debe comenzar; al desarmar a Bárcenas y los suyos dejará usted la tropa desarmada en Chinameca hasta nueva orden y a Bárcenas y todos los jefes que están con él me los remitirá al Rancho de Tepehuaje, previo aviso; ya después acordaremos los trabajos que debemos seguir haciendo. Advierto a usted que se necesita obrar con mucha actividad y energía.

En Cuautla tengo ya arreglados varios jefes, así como otros que están destacamentados fuera de allí. Dichos jefes sólo esperan que se les diga que deben salirse para que se incorporen a nosotros, así es que el movimiento va a ser de importancia y con satisfacción digo a usted que, una vez realizado su movimiento, habremos dado un gran paso hacia el triunfo de la Revolución.

En la actualidad me encuentro en esta región, debido entre otros urgentes asuntos a que se me comunicó la presencia de unos correos enviados por varios jefes, entre ellos del C. general Cipriano Jaimes, que últimamente se unieron a la Revolución en el estado de Guerrero.

Para terminar juzgo conveniente entrar en algunos detalles acerca de la situación, por más que deben ser ya de su conocimiento, el señor doctor Francisco Vázquez Gómez, a quien con placer recordamos todos los revolucionarios, está haciendo los últimos trabajos cerca de la Casa Blanca para cruzar a territorio nacional y ponerse al frente de las columnas revolucionarias que mandan los generales Villa, Felipe Ángeles y Martín López que perfectamente organizados y con abundancia de elementos están atacando plazas importantes y atrayéndose la atención de compatriotas y extranjeros. En términos generales, la Revolución, prepotente y arrolladora, está rápidamente dominando toda la extensión del territorio nacional.

En espera de sus apreciables letras y de que me diga si hará el movimiento que le indico, quedo de usted afectísimo, atento y seguro servidor. El general Emiliano Zapata (firmado).

Nota: Como el trabajo que haga usted con Bárcenas lo deberá hacer en el resto de la mañana, a las doce del día espero el resultado en el Rancho de Tepehuaje.


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Anexo 4

Campamento revolucionario, San Juan Chinameca, Morelos, abril 1o. de 1919.

C. Jefe de la Revolución del Sur Don Emiliano Zapata
Tepehuaje

Muy estimado jefe:

Con satisfacción me he enterado de su extensa carta fechada hoy, y en debida contestación manifiesto a usted que, con relación a sus instrucciones respecto a Bárcenas, no es posible dar cumplimiento para el jueves, por encontrarse éste en Cuautla llamado por Pablo González, encontrándose en ésta únicamente Ramón N. Gutiérrez, uno de sus jefes, como con 40 hombres.

Otro motivo principal es el de tener en dicha ciudad provisión por valor de diez mil pesos, la que nos haría mucha falta, si ésta se perdiese, así como el Cuartel general tiene un pedido de mi parte de 20 000 cartuchos, los que me entregara del 6 al 10 del presente mes, la provisión de referencia estará también para la misma fecha en ésta.

Motivo de satisfacción es para mí filiarme [sic] a la gran causa revolucionaria por la que usted ha luchado, así como los informes que ha tenido de distintos jefes, de que soy hombre de convicciones y de ideas firmes, lo cual demostraré a usted con hechos.

Ya me encontraba en antecedentes que el señor doctor Francisco Vázquez Gómez trabaja activamente por la unificación de todos los elementos revolucionarios que se encuentran en este país y en el extranjero y que desea el mejoramiento de nuestro suelo patrio.

He tenido conocimiento que los ciudadanos generales Francisco Villa y Felipe Ángeles, como otros, han tenido brillantes triunfos en el norte de nuestra república.

Una vez reunidos en nuestro poder los elementos a que hago referencia, e hice en mi anterior, daremos el primer golpe a Bárcenas y seguiremos trabajando con éxito.

Me permito ofrecer a usted desde luego víveres, como artículos de primera necesidad u otros que pudieran hacerle falta, dejando a su respetable opinión la forma más conveniente para que lleguen a su poder. Hago de su conocimiento que diariamente mando mulada con arrieros a Cuautla, por lo que le suplico se sirva, si lo cree conveniente, ordene a los jefes que operan por esta región no obstruccionen el paso a los individuos de referencia.

Sin más asunto que tratar por ahora, aprovecho [sic] la oportunidad para protestarle mi adhesión y respeto. El coronel (firmado) J. M. Guajardo.


Anexo 5

Campamento revolucionario en Morelos, a 2 de abril de 1919.

Señor coronel J. M. Guajardo
San Juan Chinameca

Muy estimado señor coronel:

Con mucha satisfacción doy respuesta a su atenta fechada el 1o. del actual, habiendo quedado enterado de lo que en ella se sirve expresarme, recomendándole especialmente el asunto de Bárcenas.

Con relación a los víveres y municiones que en la ciudad de Cuautla tiene usted juzgo pertinente los deje allá; aun cuando comprendo que por de pronto pudieran hacernos falta, creo firmemente que muy poco tiempo después esos elementos se pueden recobrar y hay el inconveniente de que el mismo individuo que le recomiendo pudiera enterarse del asunto, en cuyo desgraciado caso esté usted seguro que lo haría víctima. Además creo conveniente que en la primera oportunidad que se le presente arregle de una vez a Bárcenas, sin esperar la fecha del 6 al 10.

Su carta ha sido para mí la confirmación de las referencias que sobre usted me habían sido proporcionadas y no dudo que, como usted me indica, sea sostenido con hechos y sinceramente nos felicitemos por su patriótica actitud, ofreciéndole en lo particular mi amistad franca y abierta.

Respecto a los víveres de que me habla, efectivamente estamos escasos; yo le agradezco mucho su buena disposición para proporcionármelos y esté seguro de que recibiré con gusto todo aquello que sea su voluntad mandarme.

Ya ordeno a la gente que se encuentra entre ésa y Cuautla no entorpezca el paso a sus arrieros.

Sin más por ahora y en espera de sus apreciables letras, quedo de usted afectísimo. General Emiliano Zapata (firmado).

Nota: Victoriano Bárcenas, a quien con tanta saña quería perseguir Zapata, era uno de sus generales, que se rindió en Puente de Ixtla, al gobierno constituido, con todas sus fuerzas.


Anexo 6

Cuautla, abril 8 de 1919.

C. general Emiliano Zapata
Donde se encuentre.

Muy estimado general:

He hablado con el general Jesús M. Guajardo, y me ha manifestado todos los arreglos que usted y él tienen para la fecha, relativos a que ha reconocido de una manera incondicional los ideales que usted tiene la alta honra de representar, y como no dudo sea un hecho, me permito manifestar a usted sepa apreciar los buenos elementos de este ameritado jefe que ayudará e impulsará nuestra Revolución.

Espero que mi recomendado le comunicará a usted lo que yo tengo pensado, a fin de que la Revolución obtenga mayores elementos y con esto grandes triunfos.

Debo manifestar a usted, mi general, que el coronel Guajardo no cumplió con su orden el día citado, en vista de que tuvo que atravesar por grandes dificultades.

Protesto a usted, mi general, mi subordinación y respeto.

Jáuregui (firmado).


Anexo 7


Hacienda de San Juan Chinameca, abril 3 de 1919.

C. Jefe de la Revolución del Sur
don Emiliano Zapata
Donde se encuentre

Muy estimado jefe:

Con fecha de ayer noche me fue anunciada la presencia en ésta de su enviado, el señor Feliciano Palacios, a quien recibí gustoso, y después de tener una larga y franca entrevista, le expuse los motivos para alargar el plazo de capturar a Bárcenas y los suyos, cosa que estima prudente por ser de esencial importancia para el tiempo futuro, tener en nuestro poder la cantidad de parque a que ya le he hecho mención.

No creo oportuno entrar en otros detalles, pues entiendo que su enviado al escribirle a usted le dará cuenta de ellos.

Por su enviado quedo enterado que usted ha acordado que este punto sea mi campamento, cosa que es de mi agrado; me permito consultarle si las familias puedo dejarlas en ésta o mandarlas a otro lugar.

Le mando un caballo que espero será de su agrado, así como mercancías que le serán necesarias.

Si usted no puede darme sus instrucciones amplias y verbales, las espero entonces por escrito, indicándome qué plaza debo atacar después del golpe a Bárcenas. Tengo en proyecto Jojutla, Tlaltizapán o Jonacatepec.

El trabajo que tengo que efectuar con su recomendado será el lunes y lo tendrá en su poder en el punto indicado. Yo tengo que ir a Cuautla a recibir el parque y venir en seguida con la gente que tengo en Santa Inés y algunos oficiales. Me es honroso protestarle mi subordinación. El coronel J. M. Guajardo (firmado).

[ 1 ] El anexo 8 no aparece en ningún expediente del Archivo del General Emiliano Zapata.

[ 2 ] El anexo 9 no aparece en ningún expediente del Archivo del General Emiliano Zapata.

Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, v. 2, 1967, p. 197-210.

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